Buenos días desde locura de lectura. Tan solo tres horas he necesitado para comenzar y terminar con El latido del agua. Una novela que se instala directamente entre mis preferidas. Un canto a la naturaleza, a la vida, a la sencillez y por encima de todo una preciosa e inolvidable historia de amor.
La tierra, el agua, la vida, la muerte, nada es casual. Aceptar las cosas como vienen y escuchar a la naturaleza es lo que El latido del agua nos trasmite.
Lucía perdió a su madre con tan solo cuatro años y desde entonces vive con su abuela Esperanza, quien a sus casi noventa años descansa en su cama y espera tranquilamente a que la vida se apague. Lucía a sus dieciséis años, teme el momento en el que Esperanza cierre los ojos y se vaya para siempre. La vida de ambas siempre ha transcurrido en el pueblo, entre montañas y ríos, vecinos y familiares lejanos, pastoreo, campos, lluvia, niebla, sol.
Un buen día Tino, un chico de ciudad, llega al pueblo para pasar un verano y se instala en casa de sus tíos. Tino y Lucía se conocen y entre ellos surge el amor. Una preciosa historia de amor de las más bonitas que he leído. Sencillez, ternura e inocencia con un profundo mensaje, el valor de la naturaleza y el amor por encima de todo.
La paz en los paisajes, la conformidad a los cambios climáticos anunciando buenos y malos presagios, la sencillez y sabiduría de sus gentes, la fortaleza de las mujeres montañesas, la sensibilidad de los protagonistas y su excelente narrativa es lo que se respira en El latido del agua desde su primera página. UN REGALO PARA LOS SENTIDOS, con mayúsculas.
Una pequeña joya de tan solo 200 páginas que desde locura de lectura os recomiendo. Es más, desde mi punto de vista debería ser de lectura obligada. Un libro para todas las edades a pesar de ir destinado a un público juvenil.
Feliz semana!!!
La tierra, el agua, la vida, la muerte, nada es casual. Aceptar las cosas como vienen y escuchar a la naturaleza es lo que El latido del agua nos trasmite.
Lucía perdió a su madre con tan solo cuatro años y desde entonces vive con su abuela Esperanza, quien a sus casi noventa años descansa en su cama y espera tranquilamente a que la vida se apague. Lucía a sus dieciséis años, teme el momento en el que Esperanza cierre los ojos y se vaya para siempre. La vida de ambas siempre ha transcurrido en el pueblo, entre montañas y ríos, vecinos y familiares lejanos, pastoreo, campos, lluvia, niebla, sol.
Un buen día Tino, un chico de ciudad, llega al pueblo para pasar un verano y se instala en casa de sus tíos. Tino y Lucía se conocen y entre ellos surge el amor. Una preciosa historia de amor de las más bonitas que he leído. Sencillez, ternura e inocencia con un profundo mensaje, el valor de la naturaleza y el amor por encima de todo.
La paz en los paisajes, la conformidad a los cambios climáticos anunciando buenos y malos presagios, la sencillez y sabiduría de sus gentes, la fortaleza de las mujeres montañesas, la sensibilidad de los protagonistas y su excelente narrativa es lo que se respira en El latido del agua desde su primera página. UN REGALO PARA LOS SENTIDOS, con mayúsculas.
Una pequeña joya de tan solo 200 páginas que desde locura de lectura os recomiendo. Es más, desde mi punto de vista debería ser de lectura obligada. Un libro para todas las edades a pesar de ir destinado a un público juvenil.
Feliz semana!!!
SINOPSIS:
Se alejó lo más posible. Necesitaba como nunca sentir la tierra, el aire, la naturaleza, cargarse de su fuerza ahora que las suyas flaqueaban. Volvió a llorar, se rebeló contra su destino, al parecer el mismo que el de todas las mujeres de su familia, que como en una maldición después de bendecirlas con el amor, las abocaba a perder al hombre que amaban. Lucía ha perdido a sus padres a temprana edad y aguarda angustiada la muerte de su abuela Esperanza, con quien vive. Su abuela, además del cariño y el afecto debidos a los lazos de la sangre, se ha preocupado por hacerle entender las leyes no escritas de la naturaleza, cuya transgresión suele acarrear la desgracia, como le pasó a Gerardo. Pero la vida de Lucía cambiará y también su visión de las cosas cuando conoce a Tino, quien, a su vez, se verá seducido por la quietud y fuerza de un entorno que al principio consideró hostil.